Descripción

Una rosa preservada, símbolo de amor eterno y belleza imperecedera, se alza majestuosa dentro de una delicada cúpula de cristal. Sus pétalos, suaves y vibrantes, conservan su color y textura como si el tiempo se hubiera detenido. Descansa sobre una base natural de musgo verde, que realza su elegancia con un toque de encanto orgánico y sereno. Esta pieza, digna de un cuento de hadas, es más que un arreglo floral: es una obra atemporal que transmite sentimientos profundos y transforma cualquier espacio en un rincón mágico.